Cómo prepararse para la partida

Tu trabajo como Game master empieza mucho antes de que empiece la partida, y tu deber más importante antes de la misma es, por supuesto, prepararte para ella. Eso significa leerte bien la aventura que vas a dirigir (quizá incluso la hayas diseñado tú), preparando cualquier ayuda de juego o información que habrías de entregar a los PJs, preparando el área de juego para recibir a tus huéspedes, etc. En los días previos a la partida, deberías resolver cualquier duda o reclamación que tengan tus jugadores; el correo electrónico es una forma ideal de hacerlo, puesto que crea su propio historial escrito, que puedes utilizar para añadirlo a tu diario de campaña (consulta la página 403). Esto incluye ayudar a los jugadores a subir de nivel a sus personajes, responder preguntas acerca de cómo usar reglas y suplementos no básicos para conjuros, dotes y demás, y proporcionarles respuestas a dudas acerca del mundo de juego.

Por ejemplo, supongamos que uno de tus PJs busca a su hermana perdida, que fue secuestrada hace años por un gremio de ladrones. Puedes dejar caer pistas acerca de la hermana en la partida, pero entre partidas el PJ podría querer pasarse unos cuantos días investigando una pista en el hampa local, o en el Registro civil. Las misiones personales como ésta son la forma de que un jugador construya la historia y la personalidad de su personaje, pero pueden interferir con la partida cuando hay otros jugadores en la mesa. Si no puedes permitirte tener sesiones individuales con los jugadores, ocuparte de estos asuntos secundarios vía correo electrónico es una gran forma de ocuparte de la situación.

Deberías también asegurarte que todos los jugadores acuden a la partida, y si no pueden todos ellos, decide si la partida debe suspenderse o no. Hay pocas cosas más frustrantes que darse cuenta de que la mitad del grupo no puede jugar, especialmente si algunos jugadores tienen un largo camino desde su casa. Si un jugador está ausente, decide qué le sucede a su personaje. ¿Puede alguien más interpretarlo? ¿Obtiene experiencia y tesoro de la forma habitual?

Asegúrate de disponer de todo lo necesario. Si la partida dura bastante, piensa dónde puede ir a comer o a cenar la gente, y si eres tú quien proporciona la comida, asegúrate de que está lista antes de empezar a jugar. Muchas mesas de juego organizan las responsabilidades entre los jugadores: si un GM dirige una partida en su casa, los jugadores podrían dividirse la tarea de proporcionar bebidas, aperitivos, o comida. Intenta utilizar el sentido común: si bien es tentador atiborrarse de panchitos y de refrescos, una partida no es ninguna excusa para comer de forma poco saludable. Por supuesto, aunque tu casa no sea el lugar que alberga la partida, eso no te deja libre del todo. Como GM eres la fuerza organizadora de la reunión, y técnicamente eres el anfitrión, por lo que es tu responsabilidad asegurarte de que los jugadores tienen un lugar cómodo y agradable para jugar, o de lo contrario será la partida la que sufra las consecuencias.