Aroden

El último azlanti, último de los primeros humanos

Dios de la cultura humana, de la innovación y de la historia

Hace unos 5000 años tras la destrucción de Azlant, su último verdadero hijo -el héroe inmortal Aroden, alzó la Piedra Estelar de las profundidades del Mar Interior, instalandola en Absalom y convirtiendose en un dios viviente. Con el tiempo, Aroden se convirtió el dios patrón de Taldor, una nación abundante de sangre Azlanti y hambre de conquista. A medida que la influencia de Taldor se extendía, también lo hizó el alcance de la religión orgullosa de Aroden. Cuando la perifería del imperio alcanzó la frontera occidental de Cheliax hace 700 años, Taldor mismo se había vuelto decadente y cansado. Los clérigos jefes de Aroden huyeron de la capital Taldoriana de Oppara a la capital de Cheliax, la cual poco después se declaró indepentiente del alcance corrupto de Taldor.

Los seguidores más fanáticos de Aroden huyeron de las tierras centrales de Chelias para actuar de misioneros en las expansionistas fronteras del imperio o, en mayor numero, a las tierras de las cruzadas para cazar demonios en el norte distante. Hace un siglo, por razones aún pobremente entendidas, Aroden murió, dejando a sus seguidores a la deriva y privados de habilidad milagrosa. Finalmente este colapso llevó a la caida de Cheliax y el acceso a la nación de las fuerzas aliadas con el diabolismo. Gran parte del culto de Aroden se ha vuelto hacia su santa patrona divina, la heroina misionaria Iomedae, pero las repercusiones totales de la muerte del Último Azlanti aún se tienen que ser sentidas.

Alineamiento

Arma predilecta

Nacionalidad

Azlante

Dominios