Yelmo del fulgor

Aura

Varias fuerte

Nivel de lanzador

13°

Espacio

Cabeza

Precio

125,000 po

Peso

3 Libras (1.36 K.)

Descripción

Este yelmo de apariencia normal muestra su verdadera forma, y manifiesta sus poderes cuando el usuario se lo pone, y pronuncia la palabra de mando. Hecho de acero pulido y plata brillante, un yelmo recién creado está adornado con grandes gemas mágicas: 10 diamantes, 20 rubíes, 30 ópalos de fuego, y 40 ópalos. Cuando está bajo una luz brillante, el yelmo refulge emitiendo resplandores que se expanden en todas direcciones desde sus puntas similares a las de una corona, y rematadas por gemas. Las funciones de cada una de las joyas se señalan a continuación.

El yelmo puede usarse 1 vez/asalto, pero cada gema desencadena su poder sortílego una sola vez. Mientras una de sus gemas siga sin ser utilizada, un yelmo del fulgor tiene también las siguientes propiedades mágicas al ser activado.

  • Resplandece con una luz azulada cuando hay muertos vivientes a menos de 30 pies (9 m). Esta luz causa 1d6 pg de daño por asalto a todas las criaturas de dicho tipo dentro del alcance.
  • El portador puede hacer que cualquier arma que empuña se convierta en Flamígera. Este efecto se añade a cualquier otra aptitud que el arma pudiera poseer (a menos que el arma ya sea flamígera). La orden requiere 1 asalto para ser efectiva.
  • El yelmo proporciona Resistencia 30 fuego. Esta protección no se apila con protecciones similares concedidas por otras fuentes. Una vez todas las joyas han perdido su magia, el yelmo pierde todos sus poderes, y las gemas se convierten en polvo sin valor. Extraer una de las gemas destruye el yelmo.

Si una criatura que lleva puesto el yelmo resulta dañada por fuego mágico (tras haber tenido en cuenta la resistencia al fuego), y falla una nueva salvación de Voluntad CD 15, las restantes gemas del yelmo se sobrecargan y explotan. Los diamantes que quedan se convierten en rociadas prismáticas, que se centran cada una aleatoriamente en una criatura que esté dentro del alcance (posiblemente el portador), los rubíes se convierten en muros de fuego que se extienden en línea recta hacia una dirección aleatoria a partir del portador del yelmo, y los ópalos de fuego se convierten en bolas de fuego centradas en el portador del yelmo. Los ópalos y el propio yelmo quedan destruidos.

Construcción