Cuando se coloca sobre la cabeza, la maldición del objeto se manifiesta inmediatamente (Voluntad CD 15 niega). Si falla, el alineamiento del portador es radicalmente alterado: de bueno a maligno, de caótico a legal, o de neutral a algún posicionamiento extremo (LM, LB, CM o CB). La alteración del alineamiento es mental a la par que moral, y el individuo alterado por la magia disfruta enormemente de su nueva personalidad. Un personaje que tiene éxito en su salvación puede continuar llevando el yelmo sin sufrir el efecto de la maldición, pero si se lo quita y después se lo pone de nuevo, es necesaria otra.
Sólo un Deseo o un Milagro pueden restaurar el alineamiento anterior y el individuo afectado no hace intento alguno para volver a él (de hecho, ve esa posibilidad con horror, y la evita cuanto le sea posible). Si un personaje de una clase con un requisito de alineamiento se ve afectado, también necesita un conjuro de Expiación para borrar por completo la maldición. Una vez que un yelmo de alineamiento opuesto ha funcionado una vez, pierde todas sus propiedades mágicas.
