Efrítido

Los efrítidos varían en apariencia tanto como sus ancestros elementales. La mayoría tiene orejas puntiagudas, cuernos rojos o moteados en la frente y cabello que parpadea y ondula como si estuviera en llamas. Algunos poseen piel del color latón pulido o tienen escamas de color carbón que cubren sus brazos y piernas. Los efrítidos favorecen la ropa reveladora y ostentosa en naranjas y rojos brillantes, preferiblemente combinados con joyas llamativas.

Los efrítidos nacen con mayor frecuencia en comunidades humanas y rara vez forman sociedades propias. Quienes crecen en una ciudad casi siempre son encarcelados o expulsados antes de llegar a la edad adulta; la mayoría son simplemente demasiado impetuosos e independientes para encajar en la sociedad civilizada, y su predilección por la piromanía no les hace quererlos ante las autoridades locales. A los nacidos en sociedades nómadas o tribales les va mucho mejor, ya que el impulso instintivo de los efrítidos de explorar y conquistar su entorno puede ganarles fácilmente un lugar entre los líderes de su tribu.

Incluso los efrítidos de mejor carácter tienden a ver a otros individuos como herramientas para usar como mejor les parezca y, como tales, se llevan mejor con razas a las que pueden encantar o intimidar para que se sometan. Los semielfos y los gnomos a menudo se encuentran atrapados en los planes de un efrítido, mientras que los medianos, los semiorcos y los enanos generalmente se enfrenan a la naturaleza controladora de los efrítidos. Extrañamente, los efrítidos a veces forman lazos increíblemente estrechos con los elfos, cuya naturaleza tranquila y distante parece contrarrestar la impulsividad de los efrítidos. La mayoría de los efrítidos se niegan a asociarse con los sílfides, pero por lo demás están en términos pacíficos con las otras razas tocadas por los elementales.

Los efrítidos son un pueblo dicotómico: por un lado, ferozmente independientes y, por el otro, imperiosos y exigentes. A menudo se les acusa de estar moralmente empobrecidos, pero su comportamiento problemático rara vez está motivado por verdadera malicia. Los efrítidos suelen ser legales neutrales o caóticos neutrales, y algunos caen en la verdadera neutralidad. La mayoría de los efrítidos carecen de la mentalidad necesaria para seguir las enseñanzas de un dios y se resienten de las restricciones que les impone la fe organizada. Cuando los efrítidos se dedican a adorar (generalmente venerando a una deidad relacionada con el fuego), demuestran ser seguidores celosos y devotos.

Los efrítidos se aventura por la pura emoción de hacerlo y por la oportunidad de probar su habilidad contra enemigos dignos, pero sobre todo se aventuran en busca de poder. Una vez que los efrítidos se dedican a una tarea, la persiguen sin vacilar, sin detenerse nunca a considerar los peligros que se avecinan. Cuando este descaro finalmente los alcanza, los efrítidos a menudo confían en la hechicería o la magia bardica para combatir los problemas resultantes.