Dominios

Puedes manipular el agua, la bruma y el hielo, conjurar criaturas de agua y resistir el frío.

Puedes manipular el relámpago, la niebla y el viento, emular a las criaturas aéreas y ser resistente al daño por electricidad.

Puedes hablar con facilidad con los animales y hacerte amigo de ellos. Además, tratas Saber (Naturaleza) como una habilidad de clase.

Puedes reparar el daño causado a los objetos, darles vida, y crearlos de la nada.

Has dedicado tu vida y tu alma al bien y a la pureza.

Tu toque infunde el caos a la vida y a las armas, y te complace todo aquello que es anárquico.

Con poder sobre la tormenta y el cielo, puedes invocar la ira de los dioses sobre el mundo.

Tu toque puede curar heridas, y tu presencia instila unidad, y refuerza los lazos emocionales.

Tu toque aleja el dolor y la muerte, y tu magia curativa es particularmente vital y poderosa.

Te complaces en la ruina y en la devastación, y puedes llevar a cabo ataques particularmente destructivos.

Puedes confundir y dejar perplejos a tus enemigos con un toque o una sonrisa, y tu belleza y tu gracia son divinas.

Puedes convocar al fuego, mandar a las criaturas del infierno y tu carne no arde.

Hay verdad en la fuerza y en el músculo; tu fe te proporciona un poder y una fuerza increíbles.

Estás infundido con la gloria de lo divino, y eres un auténtico enemigo de los muertos vivientes. Además, cuando canalizas energía positiva para dañar a criaturas muertas vivientes, la CD de la salvación para mitad de daño se incrementa en 2.

Eres un cruzado de tu dios, y siempre estás a punto y dispuesto a luchar para defender tu fe.

Sigues un código de leyes escrito y ordenado, y al hacerlo consigues la iluminación.

Eres  un  espíritu  de  libertad,  y  un  enemigo encarnizado de todos aquellos que tratan de esclavizar y de oprimir.

Abrazas la locura que acecha en el interior de tu corazón, y puedes desencadenarla para volver locos a tus enemigos, o para sacrif icar ciertas aptitudes a fin de mejorar otras.

Eres un auténtico estudiante de lo místico, y ves la divinidad en la pureza de la magia.

Eres siniestro y cruel y has comprometido por completo tu alma a la causa del mal.